Para los adictos que no pueden dejar de tomar café ni a la hora de comerse un caramelo.
Un intenso sorbo de café en cada caramelo. A éstos caramelos les ocurre lo mismo que a los de regaliz: son iguales de amados que de odiados. Eso sí, si estás en el grupo de los amantes, vas a disfrutar de lo lindo con estos Kopiko.